SALTO AL POTRO by Aldo de Sousa

“Toda persona esconde un mundo” apunta Alexis Minkiewicz en uno de sus tantos cuadernos atesorados. El giro entre el ocultar y el develar parece ser el recurso al que el artista ha apelado en estas obras recientes para dar cuenta de sus inquietudes e intereses.

En principio asume y pone en valor el oficio del escultor abordando, en clave contemporánea, las diferentes materialidades que podrían haberse pensado ya en desuso. Así, arcillas, yesos, mármoles y bronces dialogan y establecen un contrapunto en el que cada pieza es protagonista, a la vez que replica en un posible par dispuesto en alguna de las salas.

La sensualidad de la piedra pulida invita a descubrir un núcleo de cuerpos en latencia, como capullos de crisálidas, que por la ambigüedad que provoca su indefinición, su metamorfosis en proceso, subyugan e inquietan a la vez.

Los cuerpos crecen en escala, se despliegan en torsiones y posturas contra natura o se exponen de manera arriesgada. Del yeso a la piedra o al bronce, sobre bases sólidas o livianos atriles de escultor, las mutilaciones sutiles y el juego de equilibrios que caracterizan a estas figuras hablan tanto de la intertextualidad con la historia del arte como de la indagación respecto de la identidad en el presente.

Minkiewicz retoma este problema en las grandes carbonillas en las que pone el acento en diversos dispositivos de orden, corrección y tutelaje. Así, su tan particular punto de vista pone en crisis los modelos canónicos que han ordenado y normalizado a nuestra sociedad. En diálogo con estos dibujos otros cuerpos se integran funcionando como articulación de una nueva máquina: un nuevo escenario que devela la posibilidad de una identidad irreverente e insumisa.

Texto curatorial de Marina Aguerre.

Artista: Alexis Minkiewicz
Curaduría: Marina Aguerre

Aldo de Sousa galería
del 11 de abril al 15 de junio de 2024
Buenos Aires, Argentina.

INVENTA LO QUE TOCA /Ángeles Ascúa y Hugo Padeletti by Aldo de Sousa

Aldo de Sousa galería
del 1 de diciembre al 15 de enero de 2024
Buenos Aires, Argentina

Los artistas que integran esta exhibición no compartieron un encuentro cara a cara, sin embargo sus obras lo hacen en la sala de Arroyo 858 de la galería Aldo de Sousa.

De manera personal, Ángeles Ascúa se presenta como una ferviente admiradora de los collages de Hugo Padeletti: enaltece la sencillez de sus materiales, se deleita con la síntesis formal que caracteriza las piezas del poeta, aprecia su recogimiento y la imperturbable paciencia para dejar macerar estas imágenes. La inclusión de situaciones humorísticas, por momentos un tono gracioso y la "santafesineidad" compartida añaden capas de sentido a esta reunión, tejiendo una narrativa que va más allá de lo visual.

En un acto de devoción por la obra gráfica de Padeletti, Ascúa construyó una cápsula que sirve como refugio para estas pequeñas obras, por lo cual ésta no es solo una exposición de obras, sino un testimonio de cómo la amistad puede florecer más allá de las convenciones tradicionales y demuestra la capacidad del arte para tejer conexiones que trascienden las barreras físicas. Como lo dijeron dos filósofos cercanos, la amistad predispone una condición para el ejercicio del pensamiento incluso también para la belleza.

"Inventa lo que toca" no solo es un testimonio de este vínculo, sino además una oportunidad para ofrecer a estos trabajos visibilidad pública que hasta el momento les ha sido esquiva. 

El título de esta muestra nace de un poema de Padeletti que empieza así:

Quisiera una textura
más rica. Con el grano
de las rocas, la fibra
de tejidos rugosos, el sarro
de añejos potes, la veta
de las maderas viejas y el dibujo
del envés de las hojas.

y sigue enumerando sensaciones de los rincones más inhóspitos de la vida, una experiencia que // inventa lo que toca

QUISIERA UNA TEXTURA

más rica. Con el grano

de las rocas, la fibra

de tejidos rugosos, el sarro

de añejos potes, la veta

de las maderas viejas y el dibujo

del envés de las hojas. Clara y

encendida bajo el sol como el ala

del aguacil, verdiazul e irisada

como el pecho del colibrí, con grabado

de escamas y pulido de gema.

Fina, con las venas de ágata,

y gruesa, con los grumos del granito.

Recia, con la broza del cáñamo,

y rasa, con el roce de los rasos.

felpuda de tupido terciopelo,

labrada con relumbre de brocado,

con brillo perlado de seda

y arabescos de damasco.

La quisiera correosa como cuero

y quebradiza como mica; maleable

como plomo, oxidable como hierro,

friable como tierra. La quisiera

como cerveza espesa, como graso

chocolate, astringente como té,

suavizante como aceite, quemante,

estimulante, como aguardiente.

Quisiera la aspereza de la lija

y la lisura de la loza, la dureza

del acero y la blandura resbalosa

de los kakis maduros. Como fuera,

apostaría en ella al acertijo

de todo lo que pisa, posa o pesa,

de todo lo que duele, raspa o roza,

de todo lo que cuaja. Un contrapeso

del aire, de la átmosfera, el donaire,

de trucos y embelecos de la boca,

de la mente, que inventa lo que toca. 

Hugo Padeletti.

Reescrituras de lo deshabitado de Pablo Lehmann by Aldo de Sousa

Aldo de Sousa galería
del 10 de agosto al 21 de septiembre de 2023
Buenos Aires, Argentina

Los dispositivos llamados libros se inventaron hace mucho tiempo. Objetos silenciosos que se podían encontrar en bibliotecas, volúmenes que ocupaban un lugar en el espacio hasta que alguien los abría, comenzaba a leerlos y hacía de ellos una máquina de sentido. Pero eso ha quedado en la historia, hoy nuestra realidad se transfiguró: no hay cosas y textos, las cosas ahora están hechas de textos.

El libro fue pensado para un mundo en donde los que escribían eran pocxs y los lectores eran muchxs, en este mundo contemporáneo en cambio todos escriben. Cortázar ya lo había anticipado en un cuento: “como los escribas continuarán, los pocos lectores que en el mundo había van a cambiar de oficio y se pondrán también de escribas.” En ese breve relato se narraba un planeta desbordado de libros, éstos obstruían caminos, secaban con su papel océanos, aplastaban trigales y las personas los comenzaban a utilizar para construir muros y casas .

Esa premonición literaria trazó un fiel retrato de lo que acontece en la actualidad, donde la sobreproducción de escrituras es tal, que las palabras se acumulan en cantidades y los libros ya no son esenciales para su divulgación; los textos viven sin ellos y se replican en todo el ciberespacio, trazando efectos constantes en nuestra realidad.

Al igual que los libros, nuestros hogares también han perdido su locación permanente: están constituidos por vínculos entre multiplicidades que yacen dispersas, nómades; ya no habitamos casas, sino mundos con formas transitorias que se concretan en objetos efímeros. ¿Qué queda entonces de esos lugares, de aquello que nos permitía un exiguo refugio para lo íntimo? Quizás sólo una ventana, una guarda, una pequeña luz, una planta, un techo que nos cobije o una reja para marcar una frontera. Son esos fragmentos (hechos con textos) los que en nuestro ensueño nos permiten reencontrar a tientas un hogar mínimo, momentáneo, que fija sus partes a través de vínculos afectivos, de lazos imperceptibles.

Todos los libros tarde o temprano quedarán deshabitados, seguirán existiendo pero se ubicarán en los márgenes de nuestra realidad. Prevalecerán como las ruinas que a través de pequeños indicios sugieren construcciones que ya no podemos visitar, jugando con nuestra imaginación y nuestra nostalgia, prometiendo el retorno a lugares imposibles, a universos de otro tiempo.

Pablo Lehmann, invierno de 2023.

Arrastreras de Alejandra Mizrahi by Aldo de Sousa

Aldo de Sousa galería
del 22 de junio al 3 de agosto de 2023
Buenos Aires, Argentina
Curaduría y texto: Carlos Herrera

“Mi trabajo gira en torno a las estructuras de construcción textil y los manuales de divulgación de técnicas. Desde estos dos ejes realizo esculturas en las que enfatizo el carácter artesanal y tridimensional del textil, desafiando su gravedad a partir de la sustitución de la estructura blanda de los hilos y tejidos. 

Tengo especial interés en una tipología de muestrarios propia del ámbito textil denominada dechados. Los dechados son fragmentos de telas en los cuales las mujeres impactaron el virtuosismo del manejo de distintas labores a la aguja. Son piezas textiles que funcionaron como muestrarios en donde se repetían patrones para ganar experiencia y pericia en el ejercicio de puntadas y técnicas diversas. La práctica del dechado está vinculada a demostrar las virtudes relacionadas a la confección de las técnicas, así como también a plasmar ideas y mostrar preferencias estilísticas. Los dechados funcionaban como una enciclopedia individual que servía como ejemplo de lo que una podía realizar, 

siendo estos dechados también muestras de templanza, paciencia, dedicación y virtuosismo. Cada idioma o lengua textil tiene sus propias reglas, gramáticas y los pasos necesarios para arribar al dominio de dicha lengua. Las lenguas son técnicas, algunas ya en desuso, otras recuperadas, algunas vigentes, todas estas al combinarse producen un dechado. 

Las esculturas que realizo pueden ser vistas como dechados tridimensionales en los que además dejo ver los defectos o vicios propios a la hora de realizar las distintas técnicas. Sigo las reglas planteadas en diversos manuales pero arribo a otras formas. Son muestras de posibilidades, son fragmentos de materialidades que conviven de forma anárquica y refieren a los sistemas de producción textil artesanal. Extraigo las estructuras de las esculturas de los esquemas de tejido presentes en los manuales de divulgación de técnicas. “Needlework for ladies for pleasure and profit” es el nombre de un manual de labores realizado por Dorinda en Inglaterra en el año 1886. Este manual forma parte de la colecciónde Manuales de Tejido Victoriano de la colección de la Universidad de Southampton. Estos manuales se hicieron muy populares en Europa hacia el siglo XIX, ya que servían para garantizar la circulación de técnicas textiles para realizar prendas o apliques, ponderando el carácter remunerativo que podían tener estas labores para las mujeres. Atraída por este tipo de publicaciones me encontré con la Enciclopedia de Labores de Señoras de DMC realizada por Therese De Dillmont, también publicado en 1886 y traducido a más de 17 idiomas. De esta manera me zambullí en un sinfín de manuales de labores para investigar técnicas vigentes y otras ya desaparecidas, desarrolladas por millones de mujeres que se dedican a estas labores. Las técnicas empleadas para estas esculturas van desde tejidos de crochet, fieltros, pasamanerías, bordados, encajes, tricot, telar, telas teñidas con tintes naturales y costuras. La morfología de las esculturas responde a esquemas de motivos del paso a paso de las técnicas presentes en estos manuales. De esta forma busco escalar los motivos componiendo festones aéreos en cuyas estructuras se pueden identificar diversas lógicas textiles, temporalidades y materialidades que buscan desafiar su liviandad, su peso, su caída, así como también la importancia que estas labores han tenido históricamente.” 

Alejandra Mizrahi